• El amor es una pasión que todos o casi todos veneran pero que pocos, muy pocos, viven realmente. No exagero: para los amantes el cuerpo piensa y el alma se toca, es palpable. El amor es un hechizo y la atracción que une a los amantes es un encantamiento: El amor nace de una decisión libre, es la aceptación voluntaria de una fatalidad.
• Para el amante el cuerpo deseado es alma; por esto habla con un lenguaje más allá del lenguaje pero es perfectamente comprensible, no con la razón, sino con el cuerpo, con la piel. Cada vez que el amante dice: te amo para siempre, a una figura efímera y cambiante, da atributos divinos: la inmortalidad y la inmutabilidad. La contradicción es en verdad trágica: la carne se corrompe, nuestros días están contados. No obstante, amamos. Y amamos con el cuerpo y con el alma, en cuerpo y alma.
• Somos juguetes del tiempo y de sus accidentes: la enfermedad y la vejez, que desfiguran el cuerpo y extravían el alma. Pero el amor es una de las respuestas que el hombre a inventado para mirar de frente a la muerte. Por el amor le robamos al tiempo que nos mata unas cuantas horas que transformamos a veces en paraíso y otras en infierno.
• En el amor todo es dos y todo tiende a ser uno. El ocaso de nuestra imagen del amor sería una catástrofe mayor que el derrumbe de nuestros sistemas económicos y políticos: sería el fin de nuestra civilización. O sea: de nuestra manera de sentir y vivir.
OCTAVIO PAZ (México)
http://apostillasnotas.blogspot.com/2006/08/la-llama-doble-octavio-paz.html
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