jueves, 18 de agosto de 2011

“LLUVIA, ¿DÓNDE ESTÁS?”



“Señor, mi tío Edwin dice si no desea comprar la grabación del grupo Raíces Cajatambinas". De manos de una niña, con tan repentinas y elocuentes palabras de por medio, en la morosa quietud de un atardecer en Astobamba, el 3 de agosto de 2011, llegó a mis manos la primera grabación en CD de Edwin, Melvin y Marcelo. Sin embargo, a decir verdad, aunque se tratara de una grata sorpresa para mí fue más que eso: la concreción de una entusiasta espera. Una espera que me remite a un lugar y a un día exacto: Tambomachay, 22 de noviembre de 2009. Lugar y día en que para despedirme de un grupo de viajeros noruegos - de paso por Cajatambo - organicé una improvisada reunión a los acordes de un par de guitarras y una mandolina. Fue así como, aquella noche y por tal motivo, supe de la existencia del grupo que - como es ya habitual en los demás grupos o solistas cajatambinos- hará su presentación citadina (léase limeña) el 20 de agosto de 2011, en el auditorio de la sede principal de la Derrama Magisterial.
Con todo, por circunstancial que fuera, a pesar de las reiteradas veces que llevo escuchando la grabación, no encuentro más preciso ni cabal parecer, respecto al trabajo en audio del trío, que lo dicho por uno de los peregrinos escandinavos, después de comparecer ante el frenético contrapunto de las cuerdas en manos Edwin, Melvin y Marcelo: “A mí también me gustaría que me entierren con esta música”.
Pero acaso, al margen de los propiamente instrumental y sonoro, no menos mérito comporte destacar que Edwin, Melvin y Marcelo comparten no solo una misma pasión por la música sino, de igual modo, un mismo apego insobornable por el suelo raigal. Pues, los tres, son, ni más ni menos, genuinos juglares de vastos y escarpados panoramas que no han cedido ni sucumbido a la vertiente, común y corriente, de mudarse para devenir músicos migrantes, ausentes y en exceso folclóricos. No, el caso de ellos es - como dice una de las canciones que interpretan - muy simple y natural: preferir el rumor de los campos roturados y el mugido de los ganados. Todavía más, si fuera el caso, con certeza, convencidos y complacidos, los tres, no dudarían en suscribir aquella declaración de amor a la vida que los gauchos argentinos aprenden, y repiten, de por vida: “Mi caballo y mi mujer, de mi tierra han de ser”.
Docente y ganadero, Edwin Chavarría, conserva aún la fotografía que lo muestra arreando, junto con su suegro -también maestro- el primer ganado que lo condujo a convertirse en dedicado criandero-educador. Así, junto con Brisa, su remanso vital, su bella cómplice, su mujer, han unido parcelas, aulas y cantos.
Por su parte, Melvin Reyes, el flaco risueño de virtuosas manos y canto susurrante, alterna labores en el campo con la docencia en el instituto de Cajatambo. Pudo marcharse, como tantos. Prefirió quedarse, como pocos. En contraste con la discreción de sus gestos y modales, la grabación contiene una de las voces más promisorias del canto cajatambino. No por nada se trata del nieto de David Reyes Ballardo, el cantor legendario de huaynos y huaylashadas memorables. De manera que escuchar a Melvin es en cierto modo también escuchar a David.
Completando el trío, Marcelo Santibáñez, blande una segunda guitarra que resulta ser de primera. Técnico electricista y agricultor Marcelo alterna, con igual constancia, las herramientas que le sirven para el cultivo de la tierra que aquella para el alma.
Finalmente, en 4 de las 12 canciones que comprende esta grabación de hermoso título, “Tamia maycho cayayni “ (“Lluvia, ¿dónde estás?”), resplandece la voz atildada, e iluminada, de Judith Quinteros, quien, luego de una prolongada incursión y excursión universitaria por las diversas vertientes del folclor nacional vuelve, mejor dicho le devuelve, a Cajatambo su voz.











1 comentario:

TamboMachay_andes dijo...

Lluvia, donde, estas ? Haz humedecido mis pies, en el remanzo de mi nave viajera., y al sentir tu neblina ensombrecida Mi raiz se quedo sin suelo, en la pena, Un dia volvere al suelo amado..Primo Cesar , es muy significativo , estas experiencias. Espero componer versos en tambomachay, Y huaylashar desde Andahuaylas hasta Ticticoto, y una hualwaliada en Jatuncucho. Thank you.,