“Ya le he dicho a U.
mi secreto. Un exercito pequeño y bien disciplinado en Mendoza para pasar a
Chile y acabar allí con los godos, apoyando un gobierno de amigos sólidos, para
acabar también con los anarquistas que reinan; aliando las fuerzas, pasaremos
por el mar a tomar Lima, ese es el camino y no este , mi amigo. Convezase U.
que hasta que no estemos sobre Lima la guerra no se acabara”. (Gral. José de
San Martín: Tucumán, Marzo 22; 1814. Carta a Nicolás Rodríguez Peña).
CDIP: “Memorias,
diarios y crónicas” T. XXVI, V1, Pág. 48-49
“Chile, por su
excedente población proporcionalmente a las demás regiones de esta América; por
la natural valentía, educación y subordinación de sus habitantes; por sus
riquezas, feracidad e industria, y últimamente, por su situación geográfica, es
el pueblo capaz de fijar (regido con mano diestra) la suerte de la revolución.
Es el fomento del marinage del Pacifico: cuasi podemos decir que le ha sido de
nuestros ejércitos y de los del enemigo. En este concepto nada interesa más que
ocuparlo. Lograda esta grande empresa, el Perú será libre. Desde allí irán con
mejor éxito las legiones de nuestros guerreros. Lima sucumbirá faltándole los
artículos de subsistencia precisos. Para este logro, desplegaremos de una vez
nuestros recursos. Todo esfuerzo parcial es perdido decididamente. La toma de
este país recomendable debe prevenirse con toda probabilidad. Ella exige una
fuerza imponente, que evitando la efusión de sangre, nos dé su completa
posesión en el espacio de tres a cuatro meses. De otro modo, el enemigo nos
disputará el terreno palmo a palmo. Chile naturalmente es un castillo”. (Gral.
José de San Martín: Mendoza, Febrero16; 1816. Carta al Director Supremo -nacido
en Arequipa- de las provincias Unidas del Río de la Plata: Ignacio Álvarez
Thomas).
CDIP:
“Memorias, diarios y crónicas” T. XXVI, V1, Pág. 57-58
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