miércoles, 13 de julio de 2016

TRANSAR


MVLL a los ocho años


Cuando fue publicado "El pez en el agua" la lingüista Martha Hildebrandt exaltó el primer capitulo de las memorias (parciales) de Mario Vargas Llosa de un modo tan enfático y categórico que contradecía la abismal distancia entre el autor y su deslumbrada lectora. Ocurre que para Hildebrandt aquellas paginas del comienzo del libro eran de las mejores escritas en la literatura peruana. 
A aquel ponderado primer capitulo pertenece el párrafo adjunto.

"A poco de entrar al colegio, los hermanos Artadi y Jorge Salmón, una tarde que nos bañabamos en las aguas ya en retirada del Piura - entonces, río de avenida-  me revelaron el verdadero origen de los bebés y el significado de la palabrota impronunciable: cachar. La revelación fue traumática, aunque estoy seguro, esta vez, de haber rumiado en silencio, sin ir a contárselo al tío Lucho, la repugnancia que sentía al imaginar a esos hombres animalizados, con los falos tiesos, montados sobre esas mujeres que debían sufrir sus embestidas. Que mi madre hubiera podido pasar por trance semejante para que yo viniera al mundo me llenaba de asco, y me hacía sentir que, saberlo, me había ensuciado y había ensuciado mi relación con mi madre y ensuciado de algún modo la vida. El mundo se me había vuelto sucio. Las explicaciones del sacerdote que me confesaba, el único al me atreví consultar sobre este angustioso asunto, no debieron tranquilizarme pues el tema me atormentó  días y noches y paso mucho tiempo antes que me resignara a aceptar que la vida era así, que hombres y mujeres hacían esas porquerías resumidas en el verbo cachar y que no había otra manera de que continuara la especie humana y de que hubiera podido nacer yo mismo".

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