Aun cuando la perennidad de sus actos alcance su mas alta cuota en el reposo de sus palabras, el interés por rescatar - entre tantos y entre tontos - sus imágenes crece cada día como la sombra cuando el sol declina. Por eso, a riesgo de rodar por los abismos del lugar común, el poeta vive tanto que en la comunidad campesina de Huayllapa (provincia de Cajatambo) hasta se llama César Vallejo Santos.
Creo que la vida es una coincidencia que debemos celebrar, a pesar de la fatalidad de nuestras existencias. Pues, es fatal, precisamente porque nos acostumbramos a vivir olvidando que debemos dejar de hacerlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario