Es frecuente, decía Octavio Paz, lo pequeño aun entre los grandes. Pero lo es más cuando aquella nimiedad deviene en pomposa excrecencia postrera de quienes inspiran algo peor que el desprecio: verdadera pena. El testimonio de José María Arguedas resulta al respecto categórico y esclarecedor.
"Hay allá cuatro o cinco 'escritores' que se consideran verdaderos monstruos de sabiduría, y tratan con verdadero desprecio especialmente a los peruanos que vienen de fuera; pero los típicos de estos son dos 'comunistas', Luis Nieto y un Gutiérrez; a mi jamás me conocen, pasan por mi lado haciéndose los que no me han visto; y realmente nunca les he dado motivo para que me desprecien de esa manera; en cuanto a los 'catedráticos', a los mas notables me los han presentado muchísimas veces, y siempre o cada vez, soy nuevo para ellos, y naturalmente, en todas esas oportunidades, me manifiestan 'el gusto de conocerme' y me preguntan si soy el autor de Agua".
martes, 17 de septiembre de 2013
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